Las monedas falsas
Había un viejo muy tacaño que tenía muchas monedas de oro. Los hijos y su familia lo presionaban para que las metiera en el banco para mantenerlas protegidas. El caso es que el viejito pone las monedas en 10 saquitos. Por la noche uno de los hijos toma una bolsa y falsifica las monedas (quedan igual) y pone las nuevas en el saco. El hijo se gasta las monedas. Al otro día en el banco el hijo le cuenta al padre lo que hizo y el padre muy desilusionado manda traer al encargado del banco una báscula y le dice al hijo que si adivina en que saco están las monedas falsas se puede quedar con todas y si no adivina no le vuelve a hablar. Puede pesar todas las monedas de los sacos que quiera en la báscula, pero sólo puede usar la báscula una vez. Se sabe que las monedas verdaderas pesan 10 gramos y las falsas 9 gramos cada una.